La Vitamina D es esencial para el mantenimiento de la mineralización ósea, su acción principal consiste en favorecer la absorción intestinal de calcio y fósforo. En los últimos años se ha observado que la vitamina D influye en importantes procesos fisiológicos, especialmente en relación con el sistema inmune.
La síntesis de vitamina D comienza en la piel, continúa en el hígado y finaliza en los riñones. Requiere la activación de un precursor en la piel mediante los rayos ultravioleta presentes en la luz solar, formándose la vitamina D3 (colecalciferol). En determinadas situaciones la síntesis cutánea no es efectiva. Por otro lado los alimentos naturales contienen escasa cantidad de vitamina D, provocando que más del 50% de la población se encuentre en riesgo de padecer deficiencia de vitamina D, especialmente aquellos individuos que no reciben suficiente luz solar.
Función en el organismo
La vitamina D es esencial para la absorción del calcio y fósforo. La forma activa de la vitamina D (calcitriol) participa en la formación de hueso mediante el aumento de la absorción sanguínea del calcio en el tracto gastrointestinal. Su déficit causa defectos de la calcificación y ralentiza el crecimiento óseo, así como también un mayor riesgo de fractura. La presencia de receptor nuclear de vitamina D se ha identificado en casi todas las células del organismo, incluyendo cerebro, corazón, piel, células beta del páncreas, gónadas, próstata, mama, colon y células del sistema inmune. Se ha demostrado que el calcitriol interviene en el crecimiento y la maduración, estimula la secreción de insulina, inhibe la producción de renina y modula la función del linfocito B, T y macrófago. Diferentes enfermedades crónicas se han ligado directamente al déficit de vitamina D, especialmente la diabetes mellitus tipo 1, la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Crohn, la psoriasis, el cáncer de próstata, de mama, de ovario y de colon, la HTA y la enfermedad metabólica ósea.
Vitamina D + Magnesio – Rol en el sistema inmunológico
La vitamina D se ha definido como un modulador inmune natural que estimula la actividad fagocítica, aumenta la producción de sustancias antimicrobianas en los fagocitos, regula la función inmunitaria y ayuda a disminuir la inflamación. Actuando a través del receptor de vitamina D (RVD), el calcitriol es un potente modulador del sistema inmune. El RVD es expresado por la mayoría de las células del sistema inmune, incluyendo las células T regulatorias y las células presentadoras de antígeno, como las células dendríticas y macrófagos. Bajo circunstancias específicas, los monocitos, macrófagos, y células T pueden producir calcitriol, que actúa localmente para regular la respuesta inmune. Según evidencia científica el calcitriol posee una variedad de efectos en la función del sistema inmune, que podrían mejorar la inmunidad innata e inhibir el desarrollo de la autoinmunidad. Inversamente, la deficiencia de vitamina D puede comprometer la integridad del sistema inmunológico y conducir a respuestas inmunes inapropiadas. Varios pasos en el metabolismo de la vitamina D, como su unión a proteínas de transporte y su posterior conversión a calcitriol en el hígado y riñones, dependen del magnesio como cofactor. Por lo tanto, es importante consumir la ingesta recomendada de magnesio para optimizar los beneficios de la vitamina D.